lunes, 27 de julio de 2009

Tautologías y logomaquias darwinistas



Los darwinistas algunas veces responden a las acusaciones contra su doctrina en vez de ignorarlas como sucede la mayor parte de las veces. Cuando esto ocurre es que se sienten fuertes y creen que pueden contraatacar con cierta coherencia. Pero al moverse siempre dentro de la secta, y solo frecuentar las fuentes favorables, estas respuestas adolecen de consistencia y se desmoronan al mínimo contacto con la realidad.
El Naturalista Revolucionario nos explica con la ayuda de un tal Steve Harnard por qué el principio ¿enunciado? de la selección natural no es tautológico.
Creo que tanto Fedor como Popper no califican al principal enunciado de la doctrina como tautológico -Popper llegó a afirmar que era casi tautológico- pero lo que sí aseguran es que no tiene contenido empírico, ni valor predictivo y que el contenido informativo de la teoría es banal.
¿Qué otra cosa se puede deducir de "la supervivencia de los más aptos", sino que sobreviven los que sobreviven, siendo estos los más aptos por definición?
Para Harnard esta estúpida banalidad se convierte gracias a la siempre divertida logomaquia de estos charlatanes darwinistas en "una especie de requisito ontológico"y ya ontológicamente se puede se puede seguir cuesta abajo y mentir con un descaro tan grande que solo es concebible cuando se está seguro que habla solo para los ignorantes sectarios:

El éxito metodológico del PSN (leasé darwinismo) queda ampliamente certificado por 1) el hallazgo de los mecanismos de la herencia, que propician la maduración de la teoría genética a partir de Mendel y 2) el fructífero programa de investigación que intenta explicar lo qué ocurría en los ambientes ancestrales para que unos rasgos fueran transmitidos con más éxito que otros.


"el hallazgo de los mecanismos de la herencia, que propician la maduración de la teoría genética a partir de Mendel", no tiene nada que ver con el imaginado éxito metodológico del darwinismo, muy al contrario, los mecanismos de la herencia mendeliana tan evidentes y tan científicamente comprobables, nunca casaron con la fantasía darwinista. Mendel predice la estabilidad. Desde su redescubrimiento a principios del siglo XX, hasta su integración con calzador con el darwinismo para producir la"nueva síntesis"pasó medio siglo y se realizaron las contorsiones lógicas más espectaculares jamás vistas solo para concluir según ellos que no es totalmente imposible teóricamente el progreso evolutivo darwiniano en unas circunstancias muy especiales y tras múltiples hipótesis "ad hoc" para salvar la implacable ley de Hardy-Weinberg.

Ese supuesto programa de investigación que intenta explicar lo que "ocurría en los ambientes ancestrales para que unos rasgos fueran transmitidos con más éxito que otros", es pura fantasía, no existe, solo elucubraciones más o menos disparatadas. El darwinismo siempre ha sido y sigue siendo un obstáculo para el avance de la ciencia.

La triste verdad para los darwinistas es que con términos como aptitud, adaptación y esas monsergas, solo puede sobrevivir la estupidez más palmaria, que siempre ha estado bien adaptada a la condición humana.

lunes, 20 de julio de 2009

La inteligencia en el Universo, un descubrimiento de la ciencia.



Copio aquí el final de La caja negra de Darwin. Behe después de habernos abrumado con las pruebas del diseño inteligente que nos muestra la bioquímica, y que cualquier persona interesada debería leer, para no hacer el rídiculo con citas de adversarios cuyos argumentos han sido aplastados por el autor.
El reconocimiento del Diseño Inteligente se puede retrasar, pero si se niegan a ver lo evidente, los recalcitrantes que tengan conocimientos de biología, cada vez se alejarán de la realidad y entrarán en el delirio como ya se ve en algunos casos. Es inevitable.

Behe concluye:


MARCHA HACIA LA EXTRAÑEZA

La renuencia de la ciencia a abrazar la inferencia del diseño inteligente que sus largos y costosos trabajos han vuelto manifiesta no tiene fundamento. El chovinismo científico es una emoción comprensible, pero no debería afectar a cuestiones intelectuales serias. La historia de las escaramuzas entre religión y ciencia es lamentable y ha causado rencores por doquier. La furia heredada, sin embargo, no es base para efectuar juicios científicos. El argumento filosófico (planteado por por algunos teístas) de que la ciencia debería eludir teorías donde se huela un elemento sobrenatural es una restricción artificial sobre la ciencia. El temor de que las explicaciones sobrenaturales abrumen la ciencia es infundado. Más aún, el ejemplo de la teoría del Big Bang muestra que teorías con ramificaciones sobrenaturales pueden ser muy fructíferas. El compromiso filosófico de ciertas personas con el principio de que no existe nada más allá de la naturaleza no debería interferir con una teoría que surge naturalmente de los datos científicos observables. Los derechos de estas personas a eludir una conclusión sobrenatural se deben respetar escrupulosamente, pero su aversión no debe ser un determinante.

Al llegar al final de este libro, no nos queda ninguna defensa sustantiva contra lo que parece una extraña conclusión: que la vida fue diseñada por un agente inteligente. En cierto modo, sin embargo, todo el progreso de la ciencia en los últimos siglos ha sido una marcha continua hacia la extrañeza. Hasta la Edad Media la gente vivía en un mundo natural. La Tierra estable se hallaba en el centro de las cosas; el Sol, la Luna y las estrellas giraban sin cesar para alumbrarnos día y noche; desde la antigüedad se conocían las mismas plantas y animales. Había pocas sorpresas.

Entonces se postuló, absurdamente, que la Tierra se movía, rotando mientras giraba alrededor del Sol. Nadie podía sentir la rotación de la Tierra; nadie podía verla. Pero rotaba, en efecto. Desde nuestra perspectiva moderna, es difícil comprender el ataque contra los sentidos que protagonizaron Copérnico y Galileo, en definitiva, estaban afirmando que la gente ya no podía confiar en el testimonio de sus ojos.

Las cosas empeoraron con los años. Con el descubrimiento de los fósiles fue evidente que los conocidos animales del campo y el bosque no siempre habían estado en la Tierra; en una época el mundo había sido habitado por criaturas enormes y extravagantes que habían desaparecido. Tiempo después Darwin sacudió el mundo al argumentar que las especies conocidas derivan de esas formas de vida extravagantes y desaparecidas, en principio incomprensibles para la mente humana. Einstein nos dijo que el espacio es curvo y el tiempo es relativo. La física moderna dice que los objetos sólidos están constituidos principalmente por espacio, que las partículas subatómicas no tienen posición definida, que el universo tuvo principio.

Ahora le toca a la fundamental ciencia de la vida, la bioquímica moderna, cumplir ese papel perturbador. La simplicidad que en un tiempo se consideraba el fundamento de la vida ha resultado ser una fantasmagoría; en cambio, sistemas de intrincada e irreductible complejidad habitan la célula. La resultante comprensión de que la vida fue diseñada por una inteligencia constituye una una conmoción para nosotros, en el siglo veintiuno, porque nos hemos acostumbrado a pensar que la vida deriva de simples leyes naturales. Pero otros siglos han tenido sus conmociones, y no hay motivos para suponer que nosotros escaparíamos de ellas. La humanidad supo resistir el hecho de que el centro del firmamento se desplazara de la Tierra hasta más allá del Sol, que la historia de la vida se expandiera hasta incluir reptiles muertos millones de años atrás, que el universo eterno pasara a ser mortal. También resistiremos la apertura de la caja negra de Darwin.

domingo, 19 de julio de 2009

Darwinismo, más y más miseria.



Es tradicional en las páginas darwinistas practicar la censura a las opiniones discrepantes, eso es algo sabido y asumido, aún cuando la proporción de participantes darwinistas y anti, sea de cincuenta a uno. Nunca se sienten seguros. Si esta Página ha llegado a existir, ha sido por ser silenciado en prácticamente todos los foros evolutivos en los que participé. En alguno de estos foros han llegado a estar más de veinte participantes reafirmándose unos a otros con docenas y docenas de mensajes, sin ningún adversario, al haber sido silenciado hacía días. Un espectáculo realmente divertido.

Como digo todo esto es normal, pero ahora la cuestión ha alcanzado otros niveles, la costumbre se ha extendido a revistas científicas que gozaban de merecido prestigio y que jamás habían realizado estas arteras practicas, pero la enorme estafa darwinista está comenzando a ser desenmascarada y muchos de los que podían permitirse el lujo de la apariencia de imparcialidad y de estar por encima de los que realizan estas acciones tan poco justificables, ahora han tenido que enfangarse y llevar acabo los mismos reprobables usos.
La miseria del darwinismo se extiende y alcanza ya a todos los doctrinarios, tienen que caer muy bajo, los que aparentemente están muy alto, para poder seguir defendiendo tantas estupideces.

Las revistas Trends in Microbiology y nada menos que Science han publicado artículos en los que se cita reiteradamente a Michael Behe. Naturalmente estas citas son para ponerlo a caldo. Antes simplemente lo ignoraban, pero ahora les es imposible permanecer callados sobre el elefante en el salón, y hablan y hablan de él y sus teorías, pero no consienten la publicación no ya de un artículo de réplica, ni una escueta nota del aludido se permite. Esto era antes moralmente obligatorio, pero la degradación bate récord día a día. Buenos síntomas, sin duda.
La miseria del darwinismo, cada vez más evidente.

lunes, 13 de julio de 2009

La nueva inquisición darwinista


Francis Collins

Si hay algo que me molesta, es tener que hablar de política o religión es este blog, pero los darwinistas, a veces no dejan otra opción. En su gran mayoría, son militantes a tiempo completo para la implantación del ateísmo obligatorio, han dejado aparcados los temas científico-evolutivos porque las circunstancias no les son favorables y se dedican a esa noble tarea.

El Presidente Obama, acaba de nombrar a Francis Collins director del NIH. Institutos nacionales de salud, dedicados fundamentalmente a la investigación médica.
Difícilmente se podría encontrar una persona más cualificada y competente que Collins para ese puesto. Es uno de los genetistas de mayor prestigio del mundo, él y su equipo descubrieron, con un nuevo enfoque: la "posicional cloning,"los genes responsables de múltiples enfermedades, entre ellas la fibrosis quística (actualmente, los pacientes de fibrosis y sus familiares tienen muy fundadas esperanzas en las lineas de investigación abiertas para un posible tratamiento eficaz)
Collins ya dirigió a los miembros del NIH en el Proyecto Genoma Humano, y era director del Nacional Human Genome Research Institute. Un currículo insuperable y abrumador como investigador, director y organizador. No se le puede poner un pero ¿O sí?


Steven Pinker
Pues sí, Steven Pinker, un "psicólogo evolucionista" con gran éxito entre intelectuales, artistas , filósofos y periodistas en general, y portavoz autorizado del movimiento ateo, le ha puesto un pero: Collins es una persona religiosa, y no debería ocupar ese cargo. Fue ateo en su juventud, pero según confiesa se hizo teísta y posteriormente cristiano al contemplar la maravillosa complejidad de la vida en el laboratorio y por la experiencia que le supuso el contacto humano con personas con graves enfermedades.
Collins no ha puesto ninguna objeción teórica al dogma darwinista (no se lo perdono), no es partidario del DI, posiblemente, para no enturbiar las relaciones con los inquisidores y la horda darwinista que son absolutamente intransigentes en estos temas. Pero su postura claudicante no ha conseguido ablandar a estos fanáticos, que siempre exigen más. Pinker no exige por ahora que Collins sea ateo para poder desempeñar la tarea, pero sí que no hable públicamente de sus creencias.

Probablemente la reacción de Pinker haya sido precipitada e inoportuna, pues aún las personas poco familiarizadas con estos temas, no pueden dejar de apreciar la enorme distancia que separa al charlatán fanático del prestigioso investigador, pero es indicativa del programa de los nuevos líderes intelectuales "laicos".
La nueva amenaza totalitaria, como las anteriores pretende la felicidad de la humanidad, ya se incuba el huevo de la serpiente, pero no viene con svásticas, ni hoces y martillos. Tiene algunas caras amables y habla en nombre de la Ciencia, y aplicará los imprescindibles métodos eugenésicos y reeducativos a las minorías reacias, pero solo cuando la relación de fuerzas lo permita.

jueves, 9 de julio de 2009

El origen de la vida y los creyentes darwinistas




Darwin conjeturó que la vida había aparecido probablemente en un charco templado. Este tipo de conjeturas desde el completo desconocimiento de la realidad son del mismo tipo que aquellas que afirman que el mundo lo sostiene un elefante que está sobre una tortuga. En tiempos del gran embaucador nada se sabía sobre la complejidad bioquímica, la célula era "una unidad uniforme de protoplasma"y ya que la doctrina había dado una respuesta a como una bacteria llega a ser ser un elefante, por más que esta respuesta es realmente delirante, era necesario completarla con la aparición de la bacteria por generación espontánea como originalmente se llamó al proceso, aunque después éste perdió espontaneidad y ganó prosopopeya al ser llamado abiogénesis.
La abiogénesis era imprescindible para el fin que se proponía el darwinismo, que no era otro que "demostrar" que la vida, su aparición y evolución, con su diversidad y complejidad se explica por azar y algún mantra del tipo aptitud o adaptación, que en realidad son palabras sin significado, u otra estupidez similar como reproducción diferencial.
Si el delirio se apoderó del discurso darwinista en lo que se refiere a la evolución, en cuanto se refiere a la aparición de la vida la cuestión es aún más divertida, cualquier estupidez, incluso las más surrealistas, fruto de imaginaciones desbordadas están permitidas. Nos ofrecen gran variedad de "modelos"y"mundos" además del "experimento"con rayos y truenos de Miller.
Aquí hay una buena muestra de lo que digo. Estos mundos y modelos solo necesitan ser expuestos, no importa lo ridícula que sea la propuesta, para ser aceptados como "hipótesis plausibles". Es muy cierto que en las últimas décadas los mundos y modelos están de capa caída y no hay ese torrente de propuestas con que avasallaron a la opinión informada.
El nivel de estas propuestas, como ya digo, ridículo, puede verse por ejemplo en la de Cairns-Smith que publicó su libro Siete pistas sobre el origen de la vida, y pronto fue traducido al español y publicado por Alianza editorial, en edición de bolsillo. Así decenas de miles de curiosos interesados por el origen de la vida pudimos leer con asombro que los cristales de arcilla se reproducían y pudieron servir de molde a moléculas orgánicas. Alguien comentó con razón, que eso era verdaderamente "sacar la vida de debajo de las piedras", y eso es lo que han hecho los fatuos y en el fondo inseguros darwinistas, que con ese enorme bagaje de "mundos y modelos"varios, se defienden como pueden de cualquier tentación de racionalidad que pudiera sobrevenirles por sorpresa, y sacan la vida de debajo de las piedras, de una sopa templada, de una burbuja costera o de una chistera; que todo vale si es por una buena causa, y esta lo es, porque como dice Dawkins, permite a tantos borregos sentirse ateos intelectualmente satisfechos.


Como afirma Hubert Yockey:

La historia de la ciencia muestra que un paradigma, una vez que ha adquirido un estatus de aceptación (es incorporado en los libros de texto) y a pesar de sus fallos, solo es declarado inválido cuando se dispone de un paradigma para reemplazarlo. No obstante, con objeto de generar progreso en la ciencia, es necesario hacer limpieza en los anaqueles, por así decirlo, de paradigmas fallidos. Esto se debería hacer incluso si deja los anaqueles completamente limpios y no sobrevive ningún paradigma. Es una característica del verdadero creyente en la religión, filosofía e ideología que debe tener un conjunto de creencias pase lo que pase. La creencia en una sopa primitiva en base a que no tenemos ningún otro paradigma es un ejemplo de la falacia lógica de la falsa alternativa. En la ciencia es una virtud reconocer la ignorancia. Este ha sido el caso universalmente en la historia de la ciencia, tal y como Kuhn (1970) ha discutido en detalle. No hay razón para que esto sea diferente en la investigación del origen de la vida
.
Si la hay, y una razón muy poderosa, sin abiogénesis, sin sopa, u otra de esas estúpidas explicaciones, no hay satisfacción intelectual que valga, siempre está presente la evidencia del diseño de la vida y el Universo, y esto hay que taparlo aunque sea con verdaderas locuras.