sábado, 27 de junio de 2009

Haldane y el Naturalista Revolucionario, hombres de principios


El naturalista revolucionario en su fanática campaña antirreligiosa a propósito de la ciencia, traía en su anterior entrada mis opiniones sobre el darwinismo que Pedro Fernández Barbadillo trascribió en su blog, atribuyéndoselas a este. El revolucionario es bastante atolondrado.

No sé si atribuir a este atolondramiento la entrada que publica hoy, a su enorme ignorancia o su mala fe revolucionaria. Haciendo un juego de palabras, la titula "el principio de Haldane", este principio relacionaba el tamaño de los animales con su complejidad interna, pero el naturalista trae una frase en la que Haldane proclama su ateísmo integral.
Jhon Burdon Sanderson Haldane siempre se comportó respetando sus principios. Estos principios tenían una jerarquía en orden creciente de importancia: primero él era científico, después ateo, mas importante, marxista leninista (materialista científico) y por último lo más fundamental: adorador de papá Stalin.
Esta jerarquía de principios y obligaciones se vio claramente cuando Haldane primero miró para otro lado, y después apoyó al criminal-cientifico Lysenko, aunque entre las victimas estuviese su amigo y colega Vavilov.
Siempre adoró a Stalin, ya en los años sesenta cuando no podía haber duda sobre su régimen asesino, Haldane comentaba sobre el padrecito: fue un gran hombre que hizo un gran trabajo.
Este es el repugnante sujeto que nos trae el revolucionario Robredo, como ejemplo de racionalismo y honestidad intelectual.
Tenemos que saber con quién nos jugamos los cuartos. El naturalista revolucionario, a veces intenta dar una imagen liberal pero su verdadera cara aparece cuando menos se espera.

1 comentario:

Tochtlichicahuac dijo...

Acabo de descubrir este blog, y es precísamente lo que he buscado por tanto tiempo. La visión mágico-religiosa del darwinismo inunda la corriente principal de la comunidad científica (o cientifista?) y se encarga de descalificar sin justificación a todo aquel que se atreva a cuestionar sus dogmas.
Cuando estudiaba la preparatoria, le pregunté a mi profesor de biología el por qué a los "científicos" les encanta la teoría de la macroevolución; nunca me contesto. Pero no fue necesario, pues yo lo sé: en su visión naturalista-nihilista, el ser resultado de mutaciones aleatorias en un planeta perdido entre la nada, los exime de cualquier obligación moral.
En fin, dejo un link a un artículo del Dr. Jianyi Zhang, profesor de medicina e ingeniería biomédica: http://www.the-scientist.com/community/posts/list/123.page
Mil disculpas, soy bien bruto para el html. Saludos desde México.