martes, 3 de junio de 2008

Papá Dawkins.



Viajaba en automóvil por la campiña inglesa con mi hija Juliet, que entonces tenía seis años, y me señaló algunas flores al borde de la carretera. Le pregunté para qué pensaba ella qué eran las flores silvestres. Me dio una respuesta bastante meditada. “Para dos cosas”, me dijo. “Para hacer el mundo bonito y para ayudar a las abejas a que hagan miel para nosotros.” Esto me emocionó, y lamenté tener que decirle que no era cierto.
Escalando el monte improbable” Richard Dawkins.

El pájaro se vio obligado, aún lamentándolo, porque no podía permitir que genes de sus genes propalaran semejantes memes.
La niña tenía seis años y eso podría considerarse circunstancia atenuante pero no eximente.
La explicación de papá ya la conocen: Las flores y las abejas son máquinas programadas por unos pequeños entes llamados genes -¿duendecillos?- No, por cierto- por unos replicadores pequeños y a veces egoístas, pues eso, que se replican y a veces sobreviven si son aptos y adaptados.

Juliet creció junto a su madre la segunda esposa de Dawkins de quién este se había divorciado hasta que ella murió y volvió a vivir con su padre.
Cuando tenía diez años su padre le escribió una carta para protegerla de los peligros de la religión, la carta termina así:
la próxima vez que algo que parezca importante, piensa para tus adentros: "¿Es esta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle: "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una buena respuesta, espero que lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan. Te quiere, Papá.

Hoy Juliet debe ser una joven mujer, es posible que sea feliz a pesar de haber disfrutado de ese padre. Si hace caso a las recomendaciones paternas, es seguro que que no podrá creer en las fantasias darwinistas, esas que afirman que la vida apareció por azar y que una bacteria puede llegar a ser un elefante con el tiempo siendo apta y adaptada y sobreviviendo y aprovechando algunos errores en la copia del genoma.

1 comentario:

Chico Troodon dijo...

Yo lo veo de otro modo: es el lado humano de Dawkins.