lunes, 30 de junio de 2008

Un Siglo y medio sobreviviendo




Hace ciento cincuenta años se celebró la sesión de la Sociedad Linneana. El uno de Julio de 1858, donde se leyeron por este orden:

I Un trabajo no publicado de Darwin sobre la selección de las especies, esbozado en 1839 y que uno de los presentes recordaba haber leído catorce años antes.

II El resumen de una carta privada de Darwin al profesor Asa Gray de Boston del año anterior.

III El trabajo de Wallace sobre la selección natural que había enviado a Darwin para su aprobación y posible publicación.

La Selección Natural se presentaba en sociedad.

Todo muy normal, solo destacar la memoria de uno de los enviados de Darwin, el doctor Hooker, y la curiosa costumbre de guardar copias o resúmenes de las cartas enviadas. La cosa tiene mérito, porque Darwin las escribía a miles.

Darwin no asistió porque uno de sus hijos había fallecido, aunque él nunca asistía a estos eventos por su misteriosa enfermedad, y Wallace tampoco estuvo presente porque se encontraba al Este de Java.
Antes de esta sesión hubo un cruce de correspondencia entre Darwin y sus enviados Hoorker y Lyell.

“Me alegraría publicar ahora mismo un esbozo de mis opiniones (…) pero no consigo persuadirme de que puedo hacerlo de manera honorable”.

“Quemaría mi libro antes de que Wallace o cualquier otro pudieran pensar que me he comportado indignamente”.
La sangre no llegó al río como atestiguan las actas de la sesión, Mister Darwin era algo histrióníco, todo trascurrió de una forma honorable.
Un misterio poco estudiado es por qué Darwin, una persona muy obsesionada con los honores y la primacía científica, por mucho que disimulara con hipócrita afectación, retrasó más de veinte años la publicación de su teoría con el riesgo de ser adelantado por cualquier otro, pero Darwin y su equipo tenían soluciones como se vió, y el retraso estaba justificado.

Cuando se suponía que "la célula era una unidad uniforme de protoplasma", cuando no se conocían los mecanismos de la herencia genética, cuando no se atisbaba la complejidad que la vida nos muestra cuando avanza el conocimiento, era posible mantener el darwinismo, entre las vaguedades del desconocimiento, pero hoy ciento cincuenta años después la cuestión es más difícil, pero ahí sigue.

Alfred Russell Wallace cedió caballerosamente la primacía a Darwin, quien sin duda veía más lejos y sabía las implicaciones extracientíficas de la teoría. Como afirma Dawkins, desde Darwin es posible ser un ateo intelectualmente satisfecho.
Si el darwinismo ha persistido durante un siglo y medio es a causa de esa satisfacción intelectual que produce en algunas personas, podría ser sustituido de forma satisfactoria por algún otro tipo de droga, posiblemente ansiolíticos, que producen menos efectos secundarios y no retrasan el avance de la ciencia, pero eso el tiempo lo dirá.

domingo, 22 de junio de 2008

Ciencia y literatura, Nabokov no tragó.





En Público un tal Carlo Fabretti, matemático y escritor, según afirma, ha dedicado varios comentarios al tema: Ciencia y literatura.
Los comentarios de Fabretti, un antisistema fanático, no tienen más interés que el sociológico, o el estudio psicológico de estos psicópatas compasivos, pero el título me ha hecho recordar a un genio de la literatura que fue un científico notable.

Vladimir Nabokov estuvo toda su vida fascinado por los lepidópteros y realizó notables estudios sobre las mariposas, durante los años que pasó como becario de investigación en el Museo de Zoología Comparada de la Universidad de Harvard publicó más de una docena de artículos técnicos, más tarde fue contratado como profesor de literatura en Cornell.
La vida universitaria y la investigación es comentada con su genial estilo en alguna de sus novelas, en Pnin escribe:

Como de costumbre, los profesores estériles triunfaban en su empresa de tener una "producción" que consistía en reseñar libros escritos por colegas más fértiles, y como de costumbre, una cosecha de afortunados miembros del claustro disfrutaban o estaban a punto de disfrutar las becas obtenidas en el curso anterior.

Tras mostrar algunos de los extraordinarios temas de investigación de los becarios, Nabokov concluye:

Y en último lugar, sin que ello signifique desmerecimiento alguno, la concesión de una beca especialmente generosa permitiría al renombrado psiquiatra de Waindel, el Dr. Rudolph Aura, aplicar a diez mil alumnos el llamado Test de Inmersión Digital, en el que se le pide al niño que moje el índice en diversos tarritos con fluidos de colores, tras lo cual se mide la proporción de la longitud del dedo que ha sumergido, para crear con esas magnitudes toda clase de fascinantes gráficos.

En "Habla, memoria"en el maravilloso capítulo -como todos- que dedica a su pasión por los lepidópteros escribe:

A mí me atrajeron en especial los misterios del mimetismo, sus fenómenos mostraban una perfección artística que solo se relaciona generalmente con las cosas hechas por el hombre. Considérese por ejemplo la imitación de los jugos venenosos que realizan las máculas en forma de burbuja que poseen las alas de algunas mariposas ( en la que no falta ni la semi-refracción), o la producida por sus lustrosos botones amarillos en el caso de las crisálidas.
Considérense los trucos de ciertas orugas acrobáticas (las del guerrero del haya) que en su infancia tienen aspecto de excremento de pájaro pero que después de su metamorfosis presentan unos apéndices ásperos de tipo himenópteroideo, así como otras características no menos barrocas, que permiten a estos extraordinarios individuos interpretar dos papeles a la vez( como el actor del teatro oriental que se convierte en una pareja de inextricables luchadores): el de la serpenteante larva y el de enorme hormiga que ha capturado. Cuando cierta polilla se parece a cierta avispa, también camina y mueve sus antenas a la manera de las avispas en en lugar de hacerlo como una mariposa. Cuando una mariposa tiene que parecer una hoja, no solamente reproduce de forma bellisima todos los detalles de la hoja, sino que tiene, además, numerosas marcas que imitan los agujeros perforados por los gusanos. La"selección natural", en el sentido darwiniano de la expresión, no bastan para explicar la milagrosa coincidencia de la apariencia y el comportamiento imitativo; tampoco me parecía suficiente apelar a la teoría de la "lucha por la vida" cuando comprobaba hasta qué extremos de sutileza, exuberancia y y lujos miméticos podía ser llevado un mecanismo defensivo, que en cualquier caso va muchísimo más lejos de lo que pueda apreciar ningún depredador. Descubrí así en la naturaleza los placeres no utilitarios que buscaba en el arte. En ambos casos se trataba de una forma de magia, ambos eran un juego de hechizos y engaños complicadísimos.


Nabokov no tragó con las fantasías darwinistas, dijo no. Su rigor, su pasión por los detalles, su carácter independiente, su desprecio por el rebaño, le hicieron lúcido y genial también en esto.

lunes, 16 de junio de 2008

El árbol de la vida




Las diversas especies descienden de un tronco común, los primeros arboles de la vida los dibujó Haeckel con un particular estilo. Son arboles siniestros, es posible que hayan inspirado a dibujantes de películas de dibujos, arboles como estos aterrorizan a los niños perdidos en el tenebroso bosque.



Haeckel fue el mayor divulgador y defensor del darwinismo en Alemania y en el resto de Europa en el primer tercio del Siglo XX con un enorme éxito. No hay ninguna relación entre el darwinismo y las razas superiores, eso dicen. El libro de Darwin se titulaba "El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida": razas favorecidas y sobrevivientes, no razas superiores.



Nulla etica sine aesthetica.



El materialismo siniestro de los más aptos es la raíz del árbol de la muerte, de esa ética y esa estética que inevitablemente llevan a esto.



martes, 3 de junio de 2008

Papá Dawkins.



Viajaba en automóvil por la campiña inglesa con mi hija Juliet, que entonces tenía seis años, y me señaló algunas flores al borde de la carretera. Le pregunté para qué pensaba ella qué eran las flores silvestres. Me dio una respuesta bastante meditada. “Para dos cosas”, me dijo. “Para hacer el mundo bonito y para ayudar a las abejas a que hagan miel para nosotros.” Esto me emocionó, y lamenté tener que decirle que no era cierto.
Escalando el monte improbable” Richard Dawkins.

El pájaro se vio obligado, aún lamentándolo, porque no podía permitir que genes de sus genes propalaran semejantes memes.
La niña tenía seis años y eso podría considerarse circunstancia atenuante pero no eximente.
La explicación de papá ya la conocen: Las flores y las abejas son máquinas programadas por unos pequeños entes llamados genes -¿duendecillos?- No, por cierto- por unos replicadores pequeños y a veces egoístas, pues eso, que se replican y a veces sobreviven si son aptos y adaptados.

Juliet creció junto a su madre la segunda esposa de Dawkins de quién este se había divorciado hasta que ella murió y volvió a vivir con su padre.
Cuando tenía diez años su padre le escribió una carta para protegerla de los peligros de la religión, la carta termina así:
la próxima vez que algo que parezca importante, piensa para tus adentros: "¿Es esta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por tradición, autoridad o revelación?" Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle: "¿Qué pruebas existen de ello?" Y si no pueden darte una buena respuesta, espero que lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan. Te quiere, Papá.

Hoy Juliet debe ser una joven mujer, es posible que sea feliz a pesar de haber disfrutado de ese padre. Si hace caso a las recomendaciones paternas, es seguro que que no podrá creer en las fantasias darwinistas, esas que afirman que la vida apareció por azar y que una bacteria puede llegar a ser un elefante con el tiempo siendo apta y adaptada y sobreviviendo y aprovechando algunos errores en la copia del genoma.

lunes, 2 de junio de 2008

EPICICLOS.

Cuando los astrónomos ptolomeicos añadían un nuevo epiciclo para encajar los datos que contradecían su teoría actuaban de una forma racional. Es cierto que añadiendo epiciclos o hipótesis "ad hoc" cuando la teoría falla cualquier cosa se puede demostrar.

El darwinismo también ha ido agregando innumerables epiciclos para poder sostener la teoría. En tiempos de Darwin, la célula era "una unidad uniforme de protoplasma", no se sabía nada sobre la herencia y se podía fantasear libremente.
Cuando se redescubrió genetica mendeliana, hubo que agregar innumerables epiciclos.Toda la Genética de Poblaciones es una enorme digresión con múltiples hipótesis"ad hoc", algunas muy rebuscadas, para intentar dar una explicación plausible de la posibilidad de persistencia de los “rasgos favorecidos”.
La genetica mendeliana, una teoría cientifica sobre la herencia, que en principio predice la estabilidad y no la evolución, se fusionó con la fantasia darwiniana, y dió lugar a un Frankestein llamado nueva síntesis o teoría sintética T.H Morgan S Wright, Haldane, Fisher y Dobzhansky fueron los autores de la compleja teoría matematica que integraba los mecanismos de la herencia mendeliana, la selección natural y las mutaciones mediante modelos rescatados de la física y asimilando los genes a partículas gaseosas sometidas a procesos de difusión.
Había nacido una estupidez imperecedera digna de ser estudiada por futuras generaciones, como ejemplo de hasta donde pueden llegar a desvariar personas inteligentes, si dan premisas no verificadas como ciertas por principio, desde luego supera a las disquisiciones medievales sobre cuantos ángeles caben en la punta de una aguja .

La agonía del darwinismo no ha parado, superadas de este modo algunas dificultades teóricas surgen costantemente otras, el avance de la ciencia es imparable y aunque el darwinismo retrasa este avance, antes o después la estupidez darwiniana se desvela.

Otros muchos epiciclos tuvieron que agregarse con cada avance del conocimiento, el registro fósil que no aparecía como era de esperar si la evolución seguía mecanismos darwinistas, generó más y más hipótesis "ad hoc".

Dejando aparte los criterios popperianos de falsabilidad y valor predictivo, el darwinismo actuaba de una forma en cierto modo racional y "científica"con innumerables epiciclos, pero esos eran otros tiempos, hoy todo se reduce a la ocultación o el silencio, pero ellos piensan que se puede revisar,o afrontar nuevos retos?

En los buenos viejos tiempos en que era aún posible la explicación darwinista, muchos disfrutaron contemplando a los predicadores crispados porque su visión del mundo se esfumaba, y ello traería graves consecuencias morales, hoy la historia se repite como farsa y estos nuevos predicadores mas crispados nos previenen de la vuelta al irracionalismo. Mentiras siempre por una buena causa. Los mas espabilados comentan entre ellos, siempre que no haya moros en la costa, que su teoría preferida tiene algunos problemillas, ja ja... No me refiero a Dennett, ese obtuso perturbado que ve competencia darwiniana hasta entre dos neuronas de su cerebro, y propone encerrar en jaulas a las personas religiosas.

¿Vuelve Dios? Vuelve lo desconocido, por mucha censura que impongan los inquisidores es inevitable y esto es un alivio después de esta plaga de sabihondos satisfechos y gritones.